El tamaño adecuado para una página es variable, y dependerá de varios aspectos. Por ejemplo, la página inicial de un sitio debe ser rápida de cargar, liviana pero suficientemente informativa como para que los visitantes puedan a partir de ella encontrar lo que buscan. Una página interna puede ser un poco más lenta, siempre y cuando la espera valga la pena.
También el tamaño exacto dependerá del tipo de contenido que se provea, en general si es contenido multimedia se espera que el usuario tenga un ancho de banda mayor y por lo tanto espere menos.
Lo mejor es ir probando cuál es exactamente la velocidad de carga de una página. Para ello hay herramientas como WebSiteOptimization.com, en que uno entrega la dirección de una página y obtiene una simulación de cuánto demoraría la página en cargar con un módem de 56K, vía ADSL, etc.
Una vez obtenidos estos resultados, además de simplificar la página es importante optimizar las imágenes. Los programas de manejo de imagenes como GIMP proveen de varias opciones para exportar JPEGs comprimiendolos y optimizándolos (o haciéndolos progresivos, esto es, que puedan ser visualizados incluso al ser cargados parcialmente). Una buena compresión de los JPEG puede significar un ahorro sustancial de ancho de banda tanto para el sitio como para sus usuarios.
Fuente: tejedoresdelweb.com